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POR: Francisco Arenas Murillo

LA REBELIÓN ES DE BAJA INTENSIDAD, TANTO QUE HA PASADO DESAPERCIBIDA NO SOLO ANTE LA OPINIÓN PÚBLICA SINO ENTRE ALGUNOS grupos dedicados al activismo político, pero en una gran cantidad de municipios de Sonora se ha registrado una diáspora de militantes y simpatizantes tanto del PRI como del PAN y se han refugiado en las filas de MORENA.
Esa acción ha sido invisibilizada ante el colectivo sonorense y ha sido cubierta por la estridencia de algunos grupos internos del partido guinda quienes aprovechando la ventaja competitiva de la marca exigen de manera altanera posiciones electorales que no les corresponden.
Esa ha sido una especie de cobertura especial para que nadie o pocos volteen a ver las inconformidades que silenciosamente, contrario a Morena, se registraron entre los partidos que conformaron la alianza “Va Por Sonora” y en contra de su candidato a la gubernatura Ernesto Gándara Camoú.
De tal forma que en regiones como San Luís Río Colorado refuerzan la impresionante simpatía que generan tanto la marca guinda como el alcalde Santos González y llevarán al PRI y al PAN a una aplastante derrota electoral similar o más contundente que la del 2018.
En Puerto Peñasco, en donde se presume la fortaleza del PAN, han recibido fuertes dolores de cabeza pues personajes que son representativos de la derecha de ese puerto, como Rubén González, quien pudo ser candidato a la alcaldía, se inconformó con el procedimiento de selección de candidato y sobre todo con la alianza, y de manera furtiva se deslindó de esa alianza y se llevó a toda la estructura panista hacia Morena y con ellos, un buen número de priistas que también se sintieron ofendidos por la alianza y la segregación. 
En las comunidades de la sierra alta y del Río Sonora personajes de reconocida trayectoria partidista en ambas líneas de acción, tanto en la derecha del PAN como en el PRI, se aliaron con Morena e incluso algunos de ellos irán como candidatos a algunos puestos de elección popular, a partir de que los tomadores de decisiones asentados en Hermosillo, los desplazaron  y colocaron en sitios de privilegio a personas allegados a sus confianzas.
En Nogales si se han respetado los acuerdos partidistas, y si los priístas o panistas no se fueron con Morena, es porque el candidato a la alcaldía Juan Gim no les generó la confianza necesaria para sumarle sus fortalezas.
En Caborca todas las fuerzas políticas irán de facto con el candidato a la alcaldía Abraham Mier y dejarán sin posibilidad alguna a la alianza “Va Por Caborca” de alcanzar algunas posiciones.
Lo mismo sucederá en Magdalena, en Agua Prieta, en Cananea.
No se diga en Hermosillo, en donde los panistas tradicionales, los que lucharon al lado de Jorge Valencia, Francisco Búrquez, en su momento María Dolores del Río, se han sumado igualmente de facto con su antigua compañera de partido y hoy candidata de la alianza Morena Célida López.
Todos esos grupos que controlan a la estructura del PAN, al igual que la del exalcalde Alejandro López Caballero, trabajan sin esperar posiciones a cambio, solamente con la intención de cobrar afrentas a quienes hoy deciden en el albiazul y en el pasado reciente los traicionaron, entre ellos Ernesto Munro, Gildardo Real, Alejandra López Noriega, Javier Gándara, entre otros.
De tal suerte que operan de manera invisible a favor de Célida López y dejarán a su suerte a Antonio Astiazarán. 
Lo mismo harán los priístas resentidos con Ernesto de Lucas quien nunca valoró sus esfuerzos por trabajar por un proyecto propio del tricolor y en cambio operó la alianza con el PAN.
En Guaymas bajarán los brazos y ahí sí, dejarán solos a los candidatos de todas las fuerzas políticas, pues la militancia de ambos partidos no simpatiza con nadie, a pesar de que Rodolfo Lizárraga se perfila para ganar la alcaldía pero con un gran rechazo de panistas y priístas.
En Cajeme sucede lo mismo pues lo que queda del PAN está distanciado totalmente de lo que les ordenan desde la dirigencia estatal, y lo que queda del PRI están desencantados a tal grado que dejarán sola a su candidata a la alcaldía Anabel Acosta y al resto de los aspirantes a otros cargos de elección popular.
Muchos de ellos se sumarán a los esfuerzos de Rodrigo Bours perfilado a obtener la alcaldía, y otros lo intentarán con Javier Lamarque y el proyecto de Morena, aunque a veces los asusta a beligerancia y el radicalismo de algunas falanges del partido guinda.
Esas acciones y decisiones no se reflejan en las encuestas que de manera interesada aparecen en espacios públicos en donde los simpatizantes de los candidatos juegan a manipular la percepción del electorado.
Esas circunstancias son las que realmente cuentan y se registrarán en los resultados electorales de junio próximo.
Y para los panistas y priístas disidentes, los que rechazaron la alianza, no habrá mayor satisfacción que ver que el invento de concretar una alianza contra natura politica, no funcionó y perderán no solo la gubernatura de Sonora, sino gran parte de los cargos que están en juego.
EN DONDE SE HA OBSERVADO MUCHA ACTIVIDAD DE ABOGADOS SONORENSES ES EN LA FISCALÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA, a donde han llegado con una cantidad impresionante de expedientes en los cuales evidencian la presunción de delitos electorales cometidos por operadores tanto del PRI como del PAN en distintas regiones del Estado.
De acuerdo a los reportes del centro del País, esos abogados son representantes de Morena, partido que ya no es sorprendido por las estrategias de los priístas, entre ellas una llamada “turismo electoral”, que es conocida por el hecho de que algunos empresarios llevan a un grupo de trabajadores, especialmente de los campos, a registrar sus domicilios personales al Río Sonora, la sierra alta y otros municipios, con el afán de movilizarlos el día “D”, el día de la elección, y convertirlos en votos cautivos para los partidos tradicionales.
Esa y otras estrategias ya las conocen en Morena y otros partidos políticos, y desde el inicio del proceso electora movilizaron a grupos de abogados para descubrir las movilizaciones del turismo electoral, recabar evidencias e interponer las denuncias correspondientes ante las instancias federales.
Habrá que esperar el resultado de las denuncias, porque los delitos electorales ya son considerados graves y las sanciones son elevadas.
Hay que estar atentos a estos procedimientos.



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